
Este jueves, Chile dio un paso fundamental en el reconocimiento del derecho al cuidado con el lanzamiento de la primera Política Nacional de Apoyos y Cuidados 2025-2030, junto con su Plan de Acción 2025-2026. Este plan busca articular el esfuerzo del Estado para mejorar las condiciones de quienes requieren cuidados y de quienes los brindan, consolidando una visión integral y equitativa de los apoyos y cuidados en el país.
Un compromiso con quienes cuidan y necesitan cuidados
En Chile, aproximadamente 1.194.273 personas desempeñan labores de cuidado. Dentro de este grupo, se observa una gran brecha de género: las mujeres dedican en promedio 41 horas semanales a estas tareas, mientras que los hombres destinan 19,9 horas. Este desequilibrio resalta la necesidad de fortalecer políticas que promuevan la corresponsabilidad social y de género.
El Plan Nacional de Apoyos y Cuidados 2025-2026 es el primer instrumento que coordina al Estado en torno a los cuidados. Reúne 100 compromisos y acciones impulsadas por 14 ministerios, 20 subsecretarías y diversos servicios públicos, con el objetivo de beneficiar a quienes necesitan asistencia y a quienes brindan apoyo.
Este esfuerzo se enmarca en el proyecto de ley que busca crear y reconocer el Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, instalando un nuevo modelo de organización social que valore y proteja a quienes se dedican a esta labor.
Objetivos de la Política Nacional de Apoyos y Cuidados 2025-2030
La estrategia nacional busca transformar la manera en que el Estado y la sociedad abordan los cuidados, garantizando derechos y promoviendo la equidad. Sus ejes principales son:
- Retrasar, prevenir y atender la dependencia.
- Promover la autonomía de las personas.
- Transversalizar la corresponsabilidad social y de género.
Para lograrlo, se han definido seis objetivos estratégicos:
- Ampliar la cobertura, acceso y pertinencia de los programas públicos de apoyos y cuidados.
- Fortalecer la coordinación institucional de los servicios de apoyo y cuidado.
- Fomentar el trabajo decente y la formalización de las personas cuidadoras remuneradas.
- Visibilizar y promover la corresponsabilidad de género, reconociendo el trabajo no remunerado.
- Incentivar la autonomía tanto de las personas que requieren cuidados como de quienes los brindan.
- Asegurar la calidad y equidad de la oferta de apoyos y cuidados mediante monitoreo y evaluación continua.
Chile en la ruta de los sistemas integrales de cuidados
El lanzamiento de esta política marca un hito en la región, alineando a Chile con países como Argentina, Brasil, Colombia y Costa Rica, que han implementado sistemas integrales de cuidados. Este esfuerzo no solo reconoce la labor de quienes cuidan, sino que también busca mejorar sus condiciones de vida mediante un enfoque de derechos y equidad social.
En este contexto, el programa Chile Cuida ha sumado 11 nuevas instituciones para ofrecer beneficios a cuidadores y cuidadoras, consolidando una red de apoyo que mejorará su calidad de vida y la de quienes dependen de sus cuidados.
Importancia de una política de cuidados
Contar con una política nacional de apoyos y cuidados es crucial para trazar una hoja de ruta clara en los próximos cinco años. Este plan garantiza un enfoque integral que aborde las necesidades de los cuidadores y de quienes requieren atención, asegurando el acceso a servicios públicos adecuados, promoviendo la equidad de género y fortaleciendo la institucionalidad.
El compromiso del Estado con esta iniciativa también se refleja en la inauguración de centros comunitarios de cuidados, como el de Curanilahue, que ofrecerá atención y apoyo a cuidadores y personas en situación de dependencia.
La Política Nacional de Apoyos y Cuidados 2025-2030 representa un avance significativo en el reconocimiento del derecho al cuidado en Chile. Con un enfoque inclusivo y de equidad de género, esta iniciativa busca transformar la realidad de miles de cuidadores y personas dependientes en el país, garantizando su bienestar y calidad de vida.
El desafío ahora es consolidar y fortalecer su implementación para que el cuidado deje de ser una responsabilidad individual y se convierta en un compromiso colectivo del Estado y la sociedad chilena.