La Organización de Consumidores y Usuarios (Odecu) publicó un estudio titulado “Cuentas Bancarias: Corriente y Vista, Información para el entendimiento de las personas consumidoras con respecto a la contratación efectiva de una cuenta corriente y una cuenta vista”. Este análisis pone de relieve las confusiones generadas por la creciente digitalización de los servicios financieros en Chile, en especial en la oferta de cuentas bancarias.
Digitalización y ambigüedad en los productos bancarios
El estudio se centra en cómo la digitalización ha llevado a los bancos a ofrecer productos más accesibles, como las cuentas corrientes digitales. Sin embargo, Odecu detectó un problema crucial: algunas de estas cuentas, promocionadas como corrientes, en realidad cumplen las características de una cuenta vista.
Esta ambigüedad, según Odecu, genera desinformación entre los consumidores, quienes podrían contratar productos que no cumplen con sus expectativas ni necesidades financieras. Esto afecta la transparencia que las instituciones bancarias deben garantizar y podría derivar en exclusión financiera.
Diferencias clave: ¿Cuenta corriente o cuenta vista?
El análisis incluyó los productos ofrecidos por bancos como Banco Santander, BancoEstado, Banco de Chile, Banco Scotiabank, Banco Falabella, Banco Ripley, Banco BCI y Banco Itaú. Algunos ejemplos destacados:
- BancoEstado: Su cuenta digital incluye únicamente una tarjeta de débito, sin chequera ni línea de crédito, características propias de una cuenta vista.
- Banco Santander: La cuenta Life, presentada como una cuenta corriente, podría considerarse una cuenta vista desde un punto de vista jurídico.
Esta falta de claridad en los productos financieros lleva a los usuarios a asumir que tendrán acceso a servicios completos, como líneas de crédito o chequeras, cuando en realidad se trata de productos limitados.
Impacto en los consumidores
La “ambigüedad” en la comunicación y diseño de estos productos bancarios puede afectar negativamente la confianza de los consumidores en el sistema financiero chileno. Además, las personas que dependen de estas cuentas para operaciones comerciales o de crédito podrían enfrentarse a barreras económicas significativas.
Stefan Larenas Riobó, presidente de Odecu, destacó que “la publicidad de una cuenta corriente digital no garantiza necesariamente que esta funcione como una cuenta corriente propiamente dicha”.
Recomendaciones para consumidores e instituciones
Para evitar confusiones, Odecu hizo un llamado tanto a los consumidores como a las instituciones bancarias y las autoridades reguladoras:
- Consumidores: Evaluar sus necesidades financieras, comparar productos entre distintas entidades y revisar cuidadosamente los contratos y costos asociados antes de contratar una cuenta.
- Bancos: Ajustar su comunicación y publicidad para reflejar con precisión las características reales de sus cuentas digitales, evitando desinformación.
- Reguladores: Intensificar la supervisión de las prácticas bancarias y sancionar a las instituciones que incumplan los estándares de transparencia.
Próximos pasos
Odecu anunció que enviará los resultados del estudio a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y al Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) para que actúen en consecuencia.
Este análisis refuerza la importancia de una comunicación transparente en el sector financiero y del empoderamiento de los consumidores para tomar decisiones informadas.