El sector inmobiliario se encuentra en constante crecimiento y desarrollo. Por tal motivo, se ha vuelto indispensable que aquellos que no somos expertos en bienes raíces nos familiaricemos con los distintos conceptos que maneja el tema. Además de ello, también ha resultado relevante tener conocimiento de los distintos elementos que conforman el sector.
Partiendo de tal premisa, uno de los temas que debemos dominar es el de los fondos inmobiliarios. No solo necesitamos saber de qué se trata, sino también la manera en como funcionan o el uso que se les da.
Fondos inmobiliarios: ¿Qué son?
Los fondos inmobiliarios consisten en aquellos que hacen uso de su capital en edificaciones, infraestructura y demás actividades del rubro inmobiliario. Tienen como principal finalidad la percepción de ganancias mediante inversiones en proyectos inmobiliarios de todo tipo y/o bienes inmuebles.
De acuerdo a la Asociación Chilena de Administradoras de Fondos de Inversión (Acafi), en nuestro país se manejan tres clases de fondos inmobiliarios:
- Rentas: Consiste en la inversión de bienes raíces para fines de arriendo.
- Desarrollo: Se trata de la inversión en la construcción, progreso y avance de múltiples proyectos inmobiliarios para fines de venta.
- Mixtos: En este caso, el principal objetivo es invertir en proyectos que posean elementos de las dos clases ya mencionadas.
Fondos inmobiliarios: ¿Cómo funcionan?
Este tipo de fondos funciona con la participación de varios inversionistas, quienes aportan una cantidad significativa de dinero. Este presupuesto es manejado por un ente o individuo que se especializa en el mercado de los bienes raíces.
Tan pronto se haya recaudado todo el dinero, se realizan inversiones en diversos proyectos. Las inversiones más comunes consisten en obras en construcción, remodelación, comercialización o arrendamiento, así como también bienes inmuebles. Por lo general, estos activos se encuentran destinados a ser utilizados como oficinas, establecimientos comerciales o viviendas.
Fondos inmobiliarios: Otros usos
Los fondos inmobiliarios también pueden ser invertidos en otros activos como títulos de deuda privada. Evidentemente, estos deben contar con el respaldo de bienes inmuebles como garantía de pago. De igual manera, pueden emplearse en la compra y venta de propiedades.
Aunado a ello, los fondos inmobiliarios también son bastante apropiados para aquellos que se dedican a la inversión. De hecho, es un proyecto ideal para los inversionistas cuyo perfil se adapta beneficios a largo plazo y poca tolerancia al riesgo.
Fondos inmobiliarios: Consideraciones a tomar
Los fondos inmobiliarios deben contar con liquidez y rentabilidad. Ambos componentes deben surgir del capital recaudado a causa de las ganancias obtenidas en los proyectos donde se colocó dinero. Tales proyectos pueden consistir en arrendamiento de inmuebles, o en la compra y venta de los mismos, aunque esto propicie poca liquidez.
En caso de optar por hacer esta clase de inversiones, es crucial conocer el destino de ese dinero. En otras palabras, los inversionistas deben tener, de antemano, conocimiento del proyecto en el que se inyectará su capital.
Fondos inmobiliarios: Ventajas
Básicamente, los fondos de inversión inmobiliaria tienen dos ventajas que resultan fundamentales para aquellos que deciden participar en los mismos:
- Acceso a información y comercializaciones que no están al alcance de inversionistas independientes, lo que permite una mejor gestión.
- Diversidad de proyectos de alta rentabilidad y baja volatilidad, combinación que se traduce en estabilidad para la inversión.